La luz UVGI es uno
de los servicios que ofrece Aire Limpio
para dotar a cualquier lugar de las herramientas necesarias para conseguir un
ambiente mejorado. Se trata de radiación
ultravioleta germicida, y ayuda a matar bacterias, virus y hongos, e impide su crecimiento.
Es fácil darse
cuenta de que la formación de moho es mucho más común en ambientes húmedos que
están fuera del alcance de luz solar directa. Esto es debido a que la luz solar
natural contiene luz ultravioleta (UV) para destruir los microorganismos que
producen el moho, y si esta luz no
se da en algún lugar, se facilita este proceso que puede afectar negativamente
a nuestra salud.
Durante años, los
científicos han estudiado este fenómeno y, gracias a ello, se ha creado la tecnología UVGI, que ya
ofrecen empresas como Aire Limpio para implantar en interiores que no cuentan
con luz del sol directa. Estos productos han ido creciendo poco a poco en popularidad y cada vez son más quienes
se deciden a implantarla en sus lugares de trabajo, o incluso en sus hogares.
Uno de los sitios
más comunes donde se utiliza son los hospitales,
donde es especialmente útil para prevenir los problemas que puedan causar
bacterias, virus y hongos en la salud de los pacientes. En los hospitales, los productos
UVGI normalmente se instalan en la parte superior de las habitaciones, donde los
patrones de circulación del aire hacen que pueda darse la infección de estos
microorganismos.
Esta tecnología debe
ser del tamaño adecuado para su aplicación, así como debe tener las protecciones necesarias para evitar el
daño que la radiación UV puede tener sobre la piel en situaciones en las que la
exposición es prolongada. Las lámparas están disponibles en una variedad de
tamaños (de 15 a 120 vatios) y formas, y deben ser montadas en carcasas
especiales y situadas de modo que las personas no estén expuestos a la
irradiación directa.
Las bombillas UVGI
se parecen a las bombillas fluorescentes, y están hechas de un vidrio especial
que permite que las ondas de luz UV pasen a través de él y destruyan los
patógenos existentes. Estas bombillas emiten energía de onda corta ultravioleta
(UV-C) que penetra el moho para desactivar
el ADN de las bacterias, haciendo que sus células mueran o sean incapaces
de reproducirse.
Los sistemas UVGI
también se pueden instalar en los conductos
de calefacción, ventilación y aire acondicionado, donde irradian las
pequeñas partículas del aire que contienen los microorganismos. La medida en
que los sistemas de UVGI matan o desactivan las células depende de la
intensidad de la luz UV, la duración de la irradiación, la humedad, el tipo de organismo,
y otros factores, pero normalmente se produce un 99% de efectividad contra los
microbios existentes.
La instalación de
este sistema aporta beneficios en la
salud de las personas, lo que puede ser una gran inversión de la que su
empresa (o su hogar) se beneficiará durante muchos años.
Helena Fernandez
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